Juego de manos es de gitanos

15:15 2 Comments

Salía del banco, de vuelta al trabajo, cargando la cruz del dinero ajeno en los bolsillos, que tenia como destino la caja de la empresa donde trabajo. Coloque mis eternos compañeros en ambas orejas para matar el atormentante bullicio citadino de la Avenida las Begonias de nuestro San Isidro querido.
El ruido de mis audífonos aniquiló las furiosas bocinas con una canción de Filter y ande por aquella avenida, meneando aquel saco de cuero que tanto me gusta llevar puesto, como un Travolta que en lugar de "Staying Alive" tenia un "Welcome to the Fold" por banda sonora.
A veces olvido como es la actividad callejera porque, como ya he dicho antes, paso muchas horas frente al monitor de mi computadora.
La gente que sale de las oficinas, vestidos con sus ejecutivos ternos, no me producen envidia alguna, pero lo que si llama mi atención es la gente de vestimenta informal que entra a los centros de comida rápida, riendo y viviendo la vida como si fuera una eterna vacación. ¿Estarán de vacaciones? ¿De dónde vendrán sus ingresos?
La canción que oía cambia y le da paso a Rob Zombie. La cosa se pone más hard en mis tímpanos y entre “Dig through the ditches, Burn through the witches I slam in the back of my Dragula” una señora de unos 50 años, de blusa y falda holgadísima se aparece frente a mi e intercepta mi caminata.
Aquel personaje que aparecía, deteniendo mi caminata a través del escenario de la calle, decía cosas que no entendía en absoluto, ya que la canción “Dragula” llegaba más fuerte a mis oídos que el exterior de la calle.
Sin quitarme los audífonos y con la bulla escupiéndose de tímpano a tímpano, simplemente atiné con amabilidad, a decirle mediante gestos a la señora de cabello un tanto cano y apariencia gitana, que no quería lo que sea que me ofrecía y pretendí seguir caminando hacia el paradero donde tomaría el bus sin tener que sacarme los parlantes de los oídos para no interrumpir al “Buen Rob”.
La señora que me ha interceptó seguía moviendo los labios, continuando con sus esfuerzos por interrumpir mi caminata, hasta que por fin logró que me detuviera y que apartara los audífonos de mis orejas, para oírla.
Amigo, te voy a dar la clave de la suerte y te leeré la mano, para que conozcas tu futuro – dijo sería, buscando atrapar una de mis manos.
No señora, muchas gracias – traté de esquivarla, pero insistía en ponerse delante mió.
Cuando vi que era imposible dejar atrás a aquella señora vestida con ropas holgadísimas, decidí detenerme para disuadirla de su propósito, explicándole que estaba apurado y que quizá en otra ocasión podría tomar sus servicios. (esa mentira que le decimos a la gente de la calle para que no nos siga molestando o interrumpiendo en nuestra vida)
Miré alrededor, buscando una salida libre para concretar mi fuga, pero me di con la sorpresa que estaba rodeado por varias señoras y niños de diversas edades, de las mismas características indumentarias que la señora que me había interceptado. Aquel grupo de gente, que me dio la sensación de estar en medio de un “aquelarre”, parecía haber emergido del subsuelo.
Sonreí al encontrarme atrapado tras los barrotes humanos de mi prisión gitana y al no considerar que hubiera ningún peligro en escucharla un momento, ya que me encontraba en una avenida súper transitada, con guardias y guachimanes en la puerta de los bancos de mis alrededores (Era imposible ser asaltado), decidí darle la oportunidad a aquella señora.
La gitana pidió mi mano y se la di por fin después de tanta insistencia.
Veintiocho años, mascullo mientras veía mi mano, luego dijo algo indescifrable, seguido por una palabra fonéticamente parecida a muerte y me miró fijamente. (Yo tenía 25 en ese momento)
Pon la moneda de mayor valor en la palma de tu mano. – Colocó tono dramático en su voz. – Ponla, no te la voy a quitar.
Señora, me tengo que ir – borré mi sonrisa del rostro y empecé a desconfiar.
No te va a demorar mucho. – Ella se mantuvo cogiendo mi mano con la palma extendida hacia arriba y continuó su discurso en tono trágico - Esto es algo importante.
Un poco atontado con motores y bocinas de los autos de mi entorno y el rumor de las voces de las compañeras de la gitana, coloque por fin una moneda de 5 soles en la palma de la mano que ella sostenía, diciéndole que esa era la moneda de mayor valor que tenía.
Tú tienes dinero en el bolsillo que no es tuyo.
No, se equivoca – dije ocultando mi sorpresa, ya que había dejado el banco donde había estado varias cuadras atrás y no creí que fuera posible que me hubiera seguido desde ahí.
Si, yo sé que tienes y lo guardas en tus bolsillos.
No señora – Sonreí para no mostrar debilidad y hacerla dudar de su afirmación.
La señora empezó a “orar” (al menos eso parecía) o decir cosas que eran indescifrables mientras apretaba mi moneda de 5 soles contra la palma de mi mano.
Coloca otra moneda en tu palma
Señora en serio ya me voy – Mi voz se torno molesta.
Ponla, dijo ella, dramáticamente y volvió a mascullar las palabras 28 años y seguí sin entender lo que venía después. Coloque una moneda de un sol sobre la de cinco.
Tu tienes una cantidad de plata fuerte en tus bolsillos que no es tuya, ponla en la palma de tu mano y haré que tu situación económica mejore. – Insistió la señora con el tema.
Con la señora cociéndome fuertemente la mano, el alboroto del grupo de gitanas alrededor con sus hijos cogidos de las manos como si fuera una ronda wika o algo por el estilo, mis monedas en la palma de la mano y esa maldita insistencia del “dinero ajeno” que llevaba, vi que la situación se me había escapado de las manos y que tanto guardias como guachimanes de la zona no hacían nada por mi. Era como si estuviera entre dos dimensiones y que la gente que se encontraba en el mundo real no nos pudiera ver. (Seguramente no nos querían ver y se hacían los locos. El clásico pensamiento de “No es mi problema lo que le pase a un transeúnte que no conozca” )
Señora, ya me voy – Solté mi mano bruscamente y ella se quedo con las monedas.
No te alteres…(palabras que no pude comprender)…antes de que te vallas. – La señora vertió gotas en mi cabeza de alguna sustancia que no sé de donde saco.
Sobé mi cabeza fuertemente para quitarme lo que m había echado la señora, mientras ella y el “aquelarre” se retiraba.
Recapacite de la perdida de mis seis soles, la señora los tenia en sus manos y se retiraba con ellos, así que la seguí a paso rápido, hasta que la logré detener.
Señora mis 6 soles – Dije alterado asegurándome de que aún los tenía en su mano.
Tú me los diste.
Usted no me dijo que eran para usted, es mas, me los pidió prestados.
¿Y el servicio? – Me increpó
Ok señora, déme si quiera un sol de los 6 que se estaba llevando, para poder usarlos en mi pasaje de bus.
Si, la señora gitana fue amable conmigo y me dio “vuelto de un sol”.
Al separarme de aquel “aquelarre” lo más que pude, casi llegando al paradero, revisé mis bolsillos para ver si no me habían bolsiqueado el dinero de la oficina donde trabajo y afortunadamente, pude ver que estaba completo.
Sentado en uno de los asientos del bus, ya camino a la oficina, miraba por la ventana la calle, mientras avanzábamos y no dejaba de frotarme la cabeza, pensando que era lo que esa señora me había echado encima (nada mas que agua sucia probablemente) y ¿Por qué escogió “28 años” dentro de sus frases? Lo que si me quedo clarísimo es que, si yo hubiera entregado más dinero para ese hechizo, treta o estafa que me estaba haciendo, definitivamente lo iba a perder todo.
Me sentí humillado, por caer en una tontería así y lo único que les puedo decir a mi favor, es que a veces a uno lo cogen en su cuarto de hora.
¿Qué habrá hecho el grupo de gitanas e hijos, con mis 5 soles? ¿Habrán almorzado, tomado un taxi, un bus a alguna parte? No lo sé. El caso es que simplemente toda esta aventura la tomo como si hubiera dado una limosna en la calle, para no sentirme tan ridículo como me siento al contarlo.
Si moriré o no a los 28 años (es decir dentro de un par de meses), no lo sé, quizá si la gitana alguna vez lee este articulo haga realidad su predicción (es broma, no te me alteres), pero de lo que estoy un 99% seguro es que ellas eran un grupo de gitanas y como dice la frase anónima “Gitano no saca la suerte a gitano” (sobre todo en este caso, que parecía que entre “mis gitanas” no estaba la suerte en sus bolsillos por aquellos momentos), por eso tenían que buscar a un incauto, porque Gitano SI saca la suerte a incauto”
El Invertebrado

Brad Pitt haciendo de gitano en la Pelicula Snatch (Sientiendes inglés, ni asi entenderas a Brad)

invertebrado

Some say he’s half man half fish, others say he’s more of a seventy/thirty split. Either way he’s a fishy bastard.

2 comentarios:

Mi buen estimado:

(palabras que no puedes comprender) que esa señora de (palabras que no debes leer) se habrá creido para que (palabras que no debería escribir) puesto que tu bien sabes que (palabras que es increíble que las sepa).

A lavarse la frente con agua y con jabón, como el muñeco pipón.

El Tintero.

Anónimo dijo...

Estoy preocupado por el sismo....En estos momentos me encuento en Auckland (Nueva Zelanda) y estoy pensando en mi familia.....no puedo conomunicarme con ellos...solo espero que esten bien.
Gracias por informarnos.
Saludos

Sergio