Cuero Hueco

22:44 1 Comments

Parado en un campo desolado, el alboroto a mi alrededor es mi única compañía y la soledad también se hecho a correr junto al resto de niños como yo. La gente que grita y muchos me gritan y yo sigo parado, pensando ¿aquí que se hace?
Es verdad hay mucho campo para correr, pero para mi no hay objetivos claros, ni entretenimiento, simplemente pura y neta irracionalidad.

Tengo entre 5 y 7 años y debería brillar por mi energía, pero no entiendo el hecho de correr de un lado a otro, siguiendo las indicaciones de mi papá, mis tíos y otras cuantas personas que siquiera conozco, pero que me dicen que debo hacer. No entiendo ¿correr?…¿tras una pelota?…¿para qué? ¿para llegar al otro lado del campo donde otro niño me espera como el diablo aguarda en la puerta del infierno la llegada de los pecadores? Mejor que otro se anote el gol, porque este tema, para mi carece de trama y argumentos (si, hasta de chiquito para mi todo tenia que tener trama y en aquella época no existían los “Supercampeones, ni Oliver y esa mancha” para inspirarme)

Esa mañana de domingo creo que jugué policías y ladrones o a las chapadas con otros incomprendidos niños alrededor del campo de fútbol, por lo tanto mi equipo perdió el partido y a mi no me interesó, ya que como si fuera ayer recuerdo que estaba feliz con el premio que me dio mi tío aunque hubiera perdido: Un álbum de cromos o figuritas de la serie televisiva del momento V invasión Extraterrestre.
A pegar figuritas se ha dicho.
Nuevamente parado, pero ya a un extremo de la cancha, viendo al resto correr, viéndolos recordar la familia y a la madre del jugador adversario, trato de mantenerme alerta, para que esa pelota que todos quieren patear no pase a través de mi cuerpo como bala de cañón, mas bien se detenga en mis manos, ya que si me hacen un gol, perderé esa aceptación que tanto deseo por parte de mis compañeros del segundo de secundaria.
Fui ubicado de arquero, en varios partidos que jugábamos en mi colegio, porque sencillamente siempre que jugaba en otra ubicación, ponía en aprietos a mi equipo ¡Mano! Siempre gritaba mi profesor de educación física y mis compañeros susurraban: Concha tu madre
Es cierto que de portero si podía coger la pelota con las manos (también la detuve varias veces con la cara ¿para que negarlo?) y detuve algunos intentos de gol, pero no se porque el hecho de estar parado como idiota, viendo al resto corretear una pelota como si se tratará de un valioso objeto me seguía pareciendo absurdo.
Yo jugaba fútbol en esa época para ganar la aceptación de mis compañeros de clase, como ya he dicho antes y sobre todo para que nadie pensara…
-¿Te gusta el fútbol?
- Clarines
- ¿Y a ti?
- No, me aburre un montón
- ¡Maricón!
…esa idea había en aquellas épocas al menos…
Al poco tiempo me harte de la patraña y preferí ir desligándome del tema deportivo, ya que comprendí que así como evitaba goles y mis compañeros de aula seguían siendo mis compañeros y no mis amigos, aun me mentaban la madre cada vez que el equipo contrario anotaba, así que mayores cambios no habían.
Cuando me retiré del tema futbolístico no recibí ningún álbum de V.
- ¡Veste! Quería premio por quitarse de jugar futbol…¡Chess!... Maricón
Acabo el fútbol para mi entonces, y mientras se acababa la secundaría, decidí formar parte del partido que valía la pena, un partido distante del correteo a una pelota de cuero. La verdad había sido revelada, así que me dedique a entrenar jugadas para perseguir cueros en falda o astutas jugadoras. Me costo mis tarjetas amarillas y rojas, pero tuve varios goles y en cierta forma creo que fue mejor tratar de hacer amigas que amigos.
Llegaron las clases del instituto y si hubo una reconciliación con el bacón pie, fue gracias a que era un buen pretexto para reunirse con algunos nuevos amigos que conocí a tomar unas cervezas y decir salud ante cada gol que anotaba el equipo favorito del grupo, aunque me importara poco quien estuviera jugando.
El instituto termino y ahora me encuentro trabajando. Veo menos a mis amigos del instituto y frecuento a los amigos de toda la vida (ese grupo al que no le gusta el fútbol como a mi) Ya no necesito pretexto para tomarme unas cervezas y el fútbol sigue siendo el deporte más visto y más amado por todo este país.
Prendo la tele para relajar las neuronas de mi trabajo diario y en especial estas semanas y si Chemo o quien sea comenta sobre la performance del equipo en el partido que jugamos como nunca contra cualquier país y perdimos como siempre, me da exactamente lo mismo, mientras que medio Perú se lamenta hasta las lagrimas y todos los taxistas me preguntan si vi el partido y yo les digo que no, aburridísimo de la misma pregunta. El taxista y yo nos quedamos callados durante todo el trayecto como si no hubiera otro tema del que conversar y me formulo una pregunta mientras miro el paisaje de la calle: ¿Podría haber sido aficionado al deporte si se promocionara otro tanto como al fútbol? ¿Cuándo le daremos valor a los deportes que si nos hacen sentir ganadores? Quizá si diéramos más impulso a otros deportes, las futuras generaciones nos podrían dar grades sorpresas y a las próximas olimpiadas irían grupos enormes de deportistas y no solo trece.
Desde aquí mis felicitaciones a los 13 que fueron en contra del sistema futbolero.

invertebrado

Some say he’s half man half fish, others say he’s more of a seventy/thirty split. Either way he’s a fishy bastard.

1 comentarios:

Una foto impactante, nunca mejor dicho, jajaja.

Gracias por visitar mi blog, me alegra mucho que mis relatos gusten a otras personas. En España también ocurre lo mismo con el futbol, el chico que de pequeño no juega es el rarito, así como la chica que si juega es la rarita...menos mal que cada vez esa atmósfera se va disolviendo, y ahora puedo disfrutar de niñas en mi familia política amantes del fútbol, así como chicos preocupados en otros quehaceres.

Seguimos en contacto. Muchos besos.

PD: Sé que eres de un país de sudamérica, por la expresión "la concha tu madre", aquí en España sería "tu puta madre" jajaja, pero me gustaría saber cuál exactamente.