A mitad de la carretera

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Nos llegó la APEC. Llegó la fecha y huí.
Como muchos en Lima me escape del trafico, las calles cerradas y aunque no fue fácil llegar aquel 19 de Noviembre de 2008 hasta la empresa CIAL debido al trafico de Javier Prado, por fin llegué hasta la agencia de transportes minutos antes de la hora de partida del bus con destino a Trujillo.
Mi mochila andaba cargada de esperanza de encontrar relax después de unos trajinados meses, pero al poco rato sufrió de exceso de equipaje ya que rebalso de fastidio e incomodidad debido a que mi bus partió con 2 horas de retraso de la hora impresa en mi boleto. Entendí el retraso o quizá fui condescendiente debido a que sabia que no era el único que huía de Lima y la agencia de transportes trataba de cumplir con todos.
Llegué a Trujillo y bueno lo que pasó en la ciudad y sobre todo en Huanchaco, que fue donde me hospede, fue agradable definitivamente gracias a la compañía de las personas con la que viajaba.
El retorno a Lima sería el día Domingo 23 de Noviembre de 2008, ya que terminada la APEC, terminada las vacaciones de 4 días.
Antes del día de regreso, existía una gran preocupación por una amiga mía por llegar a su trabajo el Lunes, es por eso que nos aproximamos a la agencia de Trujillo para que algún representante de CIAL nos confirmara la hora de partida del bus hacia Lima y la hora de llegada.
Al llegar a CIAL hablamos con la Señorita Moreno y ella nos dijo que la hora de partida del bus Trujillo – Lima sería a las 9:15 de la noche y la hora de llegada a Lima sería a las 7:30 más o menos, tal y como lo constata la siguiente grabación de audio que hice desde mi reproductor de mp3. Click aqui para oir el audio
El Domingo embarcamos en la terminal de CIAL con algunos minutos de tardanza, los cuales no me molestaron. El embarque se hizo con revisión de ticket y DNI en mano, luego registro de huella digital y para terminar, dentro del bus fuimos filmados cada pasajero. Cualquiera podría pensar que es mucha parafernalia, pero creo que todo esto transmitía seguridad a cada uno de nosotros, los pasajeros.
El bus arranco, nos despedimos de Trujillo y fuimos cargando los hombros del estrés que ya nos esperaba salivante en nuestra Lima panza de burro. Tomo algunos minutos en que el Terramozo nos diera el refrigerio acostumbrado en el servicio que habíamos tomado y luego colocara una película argentina que protagonizaba Franchela que no se dejaba ver por el televisor que me correspondía ver, así que involuntariamente por este incidente quede rendido de aburrimiento y me sumergí en mis sueños.
3:00 a.m. Abrí los ojos un tanto preocupado ya que entre sueños (cuando viajo carezco de sueño profundo) había detectado constantes paradas del bus y al ver por la ventana solo podía ver oscuridad que en momentos era rasgada por las luces veloces de otros buses que pasaban por nuestro lado por la carretera.
Uno ha visto tantas veces en las noticias reportes de buses chocados y accidentes terribles en la carretera, así que invadido por la preocupación baje al primer piso del bus (era un bus de 2 pisos) a conversar con el terramozo para ver que sucedía, pero mi sorpresa fue que no estaba ni él, ni el piloto, ni mucho menos el copiloto en la cabina. Regresé a mi asiento después de varios minutos de espera y mis compañeras de viaje (mi enamorada y nuestra amiga) se habían despertado al igual que varios pasajeros del bus, al ver que nos encontrábamos detenidos por bastante tiempo en ese lugar donde la luz de la civilización no había llegado aún.


Baje del bus después de un rato para buscar a alguien que me diera razones del problema ocurrido y a espaldas del bus encontré al copiloto conversando con un pasajero y el bus no contaba con las luces de emergencia prendidas que advirtiera que estábamos ahí a los otros buses y camiones que transitaban en la oscuridad, detalle por el cual reproche al copiloto, después de que por mis preguntas me dijera que el piloto se había ido a buscar ayuda, sin si quiera avisar a los pasajeros de lo sucedido.
La falla del bus nunca quedó clara, nunca supimos si la faja del ventilador se había roto o si la bomba hidráulica fue la del problema.
Se formó un gran tumulto al lado del bus parado al lado del camino, un tumulto de preocupaciones por estar a merced de cualquier asaltante de carretera y de llegar a Lima temprano para poder asistir a los centros laborales con normalidad.
Entre varios pasajeros llamamos a la Policía de carreteras para que nos dieran socorro o seguridad y después de varias llamadas llegaron susurrando “Para esto nos llamaron” y luego se fueron por un lado a conversar con el copiloto. El resto de la historia me la perdí, ya que al ver otro bus de la misma empresa que se detenía delante de nosotros decidí con mis compañeras de viaje y otros pasajeros, subir a la aventura para aunque sea viajando de pie llegar a Lima a buena hora para poder ir a trabajar.
Mucha gente se quedo ahí varada en la carretera, incluyendo a familias con niños, los cuales prefirieron quedarse ahí a torturar a sus hijos a viajar de pie.
Viaje por 3 o 4 horas de pie en el bus al que me había subido para no quedar en medio del desierto, junto a mis compañeras de viaje y otros pasajeros rescatados de la infinita oscuridad, hasta que por fin después de mirar alegremente el acantilado de Pasamayo llegamos a Lima, estación CIAL de Javier Prado a las 9:30 de la mañana.
En CIAL de Lima hice lo propio, es decir, me acerque a sentar mi queja y a que me devolvieran mi dinero, ya que el viaje había sido un chasco total y junto a varias personas afectadas (y aun mas afectadas porque habían dejado su equipaje en el bus que se había quedado varado) fuimos “peloteados” por la encargada de informes de la empresa que nos ofreció darnos un 50% de descuento para otro viaje y luego al ver nuestra insistencia no le quedó más que llamar a la administradora (la cual negó desde que le pedimos hablar con ella) para que resolviera nuestro problema.
La administradora de CIAL se hizo presente y habló con nosotros y ante muchas de nuestras quejas ella respondía que solo podía regresarnos el 50% del pasaje, hasta que después de mucha insistencia callo en conciencia de que ella también estaría mortificada por el asunto y nos devolvió el integro del pasaje a cada uno de los afectados.
Hoy, ya han pasado un par de días y al levantarme he podido ver en las noticias con algo de escalofrió, que un bus de CIAL se ha estrellado con un trailer, lo primero que pensé es que afortunadamente mi bus se quedo botado en la carretera, pero ¿Qué hubiera pasado si al bus le hubiera fallado algo mientras estábamos en movimiento, algo como los frenos, por decir?
La gente podrá decirme que debería quedarme callado porque al fin y al cabo ya me regresaron el dinero de mi pasaje, pero yo me pregunto ¿CIAL pago por mi silencio o porque realmente era justo que al no cumplir con lo estipulado por su servicio me devolvieran mi dinero?
Espero que después de este relato, tomemos una decisión acertada al viajar y busquemos mayor calidad al viajar en una empresa de transporte, ya que somos vidas y no paquetes.

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invertebrado

Some say he’s half man half fish, others say he’s more of a seventy/thirty split. Either way he’s a fishy bastard.

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